En el articulo anterior (Braking. Bad (Parte 1)) hablábamos de como realizar una buena frenada, aprovechando la transferencia de pesos para optimizar la frenada y la importancia de utilizar ambos frenos pero ¿que ocurre si lo hacemos mal?
El derrape.
El fallo más importante a la hora de frenar es bloquear las ruedas provocando un derrape. Puede sucedernos en ambas ruedas y ambos casos son poco recomendables en general.
Derrape trasero.
Este caso es el más habitual. Al frenar, la rueda trasera se descarga de peso y si no reducimos presión en el freno trasero podemos superar el agarre disponible fácilmente, bloqueando la rueda. Todo el mundo lo habrá experimentado, por ejemplo, con la bicicleta.
Generalmente se considera este derrape relativamente seguro, porque no asusta tanto, aunque tiene peligros importantes.
El derrape trasero es bastante progresivo y si mantenemos la moto vertical, el efecto es bastante predecible. Se reduce la eficacia de la frenada, pero el freno trasero funciona como las plumas de una flecha, estabilizando la moto.
Los problemas aparecen cuando nos apartamos de la vertical. Al derrapar mientras inclinamos, se provoca que la moto gire más rápido. Se suele utilizar en campo para “colocar la moto” pero si nos pasamos pueden ocurrir dos cosas.
Si no soltamos el freno, la rueda trasera nos puede “adelantar”, girando excesivamente y yéndonos al suelo. Por el contrario, al soltar los frenos, la rueda trasera puede recuperar el agarre repentinamente dándonos un latigazo importante al enderezar y sufriremos la llamada “salida por orejas”, que es un tipo de caída muy violenta y peligrosa.
En resumen, el derrape trasero se puede llegar a controlar y ser útil en ciertas ocasiones pero requiere de práctica para controlar el freno y solo derrapar cuando queramos.
Derrape delantero.
Esto son palabras mayores y normalmente es un error que da mucho más miedo. Se trata de un derrape más delicado, brusco y si no se corrige a tiempo, nos llevará al suelo súbitamente. Este derrape se produce si no somos lo suficientemente progresivos con el freno delantero o si el terreno tiene poca adherencia y nos pasamos de fuerza al frenar. Si llevamos la moto recta tendremos cierto margen para solucionarlo pero si esta inclinada, la caída es casi inevitable. La solución es reducir la presión en el freno, dejando que la rueda vuelva a recuperar la tracción.
La caída es generalmente menos agresiva en sí misma, ya que no salimos despedidos, sino que se nos escapa la moto y nos desaparece de debajo, por así decirlo.
Practicar este derrape nos puede ayudar a no asustarnos cuando ocurra y saber reaccionar bien, ya que el miedo suele hacer que agarremos los frenos aún más fuerte. Es una maniobra delicada y recomendamos que lo hagas con la supervisión de un profesional en algún curso (los de Milvus Moto son espectaculares; guiño, guiño)
El ABS ¿amigo o enemigo?
No tengas ninguna duda, el ABS es tu aliado y es un grandísimo sistema de seguridad activa.
El ABS (Anti-lock Brake System) básicamente, es un sistema que controla la presión en los frenos para evitar el bloqueo de las ruedas al frenar, impidiendo los derrapes en el caso de las motos. Por medio de unos sensores, mide la velocidad de giro de las ruedas, calcula la diferencia entre ellas y detecta cuando se va a producir el bloqueo. Antes de que ocurra el bloqueo, alivia la presión en el freno correspondiente permitiendo a la rueda girar y recuperando la presión que aplicamos al freno cuando la diferencia de velocidad de giro de las ruedas es la adecuada.
En resumen, hace lo mismo que deberíamos hacer nosotros para evitar los bloqueos, aliviar presión en los frenos. La ventaja es que lo hace antes de lo que podemos reaccionar nosotros y muchísimas veces por segundo, corrigiendo con muchísima precisión. El ABS nos gana por goleada a la hora de corregir una mala frenada de emergencia y en general, evita muchísimas caídas.
En los últimos tiempos incluso este sistema se ha mejorado todavía más. Primero por medio de la electrónica que permite seleccionar distintas sensibilidades en función del terreno, muy sensible por ejemplo en lluvia, poco sensible en seco e incluso desactivando el ABS trasero en off-road.
Segundo, los sistemas más modernos, cuentan con sensores inerciales, que detectan todas las fuerzas que actúan sobre la moto y su velocidad e inclinación, permitiendo al sistema adaptarse, por ejemplo, a si estamos en mitad de una curva.
Por lo tanto, los sistemas ABS son muy seguros, nos cubren en caso de que fallemos nosotros frenando y evitan que nos vayamos al suelo muchas veces. Si conseguimos dominar la frenada, no es frecuente que actúe y en el 99% de los casos funcionara a nuestro favor.
Queda ese 1% de situaciones donde nos puede dar un susto y se trata de una situación concreta.
Sucede cuando la adherencia es mínima, como en barro muy resbaladizo o nieve. Esta situación es, de por si, muy delicada y debemos usar los frenos con más cuidado y progresividad de la habitual pero se puede dar la circunstancia de que, por ejemplo, en una bajada muy pronunciada el ABS actuará constantemente, alargando demasiado la frenada y no reduciremos la velocidad por culpa de la gravedad que estará “acelerando” la moto todo el tiempo. Estos casos son muy puntuales y en los que la única solución sea bloquear las ruedas.
Finalmente, tenemos claro que la mejor señal de que estamos frenando bien es que no actúe el ABS pero, llegado el caso, es importante saber que ocurre.
Cuando el ABS actúa tendremos dos sensaciones. La primera es que parece que la moto no frena y la segunda es una vibración considerable en la maneta o el pedal de freno. No debemos asustarnos en ningún caso y lo mejor es practicar frenadas fuertes para sentir esas sensaciones en un lugar amplio, seguro y sin tráfico.
Cazando mitos.
“Se frena más sin ABS” FALSO
Efectivamente, si la frenada es correcta el ABS no actuará y por supuesto, si frenamos bien lo haremos en menos metros que si hacemos una mala frenada y hacemos que sea el sistema el que solucione los problemas. Pero sencillamente es una confusión total de concepto, el ABS no esta para frenar mejor, sino para solucionar las consecuencias de hacerlo mal y en ese caso, os garantizo que el ABS lo hará mucho mejor que tu.
“El ABS en campo es muy peligroso” FALSO
Ya hemos demostrado que es falso. El ABS trabaja a nuestro favor y haciendo las cosas bien no debería intervenir casi nunca. Solo en contadas ocasiones en campo, en caso de motos muy antiguas con los primeros sistemas ABS o motos demasiado enfocadas a la carretera puede ser perjudicial.
“Si salta en ABS hay que soltar un poco los frenos” FALSO
Nunca hagas esto, una vez que el ABS a empezado a actuar, corregirá el error mucho antes y mejor que nosotros mismos. En realidad, el mejor consejo que se puede dar para frenar con ABS es que, cuando sientas que está actuando, frena con todas tus fuerzas, el sistema se encargará de ajustar la frenada al máximo posible.
No hace falta que me creáis, lo mejor es que lo comprobéis por vuestra cuenta. Buscad un lugar adecuado y practicad poco a poco la frenada de emergencia.
Si no os atrevéis, dadnos un toque y os echamos una mano con un curso.
V´s para todos y… ¡¡¡a volar raso!!!